Llorar eso es lo que ansío hacer. Necesito algo vivo en mi interior, me abruman este tipo de sentimientos tan devastadores, tan muertos.
Hace tiempo que no lloro, y no por la ausencia de sentimientos, sino que no poseo las suficientes lágrimas para derramar, tal vez mi alma y mis ojos, no puedan más.
Tengo miedo, temo a todo el mundo que me ama. Mi reflejo es frágil en ojos ajenos, y siento que me consumo entre mi propio fuego mientras ellos no se dan ni cuenta.
Tengo miedo a perder a las personas que quiero.
Las amo. Las amo como nunca he podido llegar a amar a nadie. Pero es doloroso, mi corazón ha dejado de ser un órgano hueco y están aprendiendo a amar por encima de sus posibilidades. ¿Podré amar tanto como me aman a mi? Y, ¿odiar? ¿Se puede odiar por encima de tus posibilidades?
Quiero despertar, quiero largarme de este sueño y ganar el juego a mi pesadilla, en la que solamente estoy yo, mi odio, y mi dulce y placentera soledad.
El mundo es mejor sin personas.