lunes, 3 de junio de 2013

Elene.

Llorar eso es lo que ansío hacer. Necesito algo vivo en mi interior, me abruman este tipo de sentimientos tan devastadores, tan muertos.
Hace tiempo que no lloro, y no por la ausencia de sentimientos, sino que no poseo las suficientes lágrimas para derramar, tal vez mi alma y mis ojos, no puedan más.
Tengo miedo, temo a todo el mundo que me ama. Mi reflejo es frágil en ojos ajenos, y siento que me consumo entre mi propio fuego mientras ellos no se dan ni cuenta. 

Tengo miedo a perder a las personas que quiero.

Las amo. Las amo como nunca he podido llegar a amar a nadie. Pero es doloroso, mi corazón ha dejado de ser un órgano hueco y están aprendiendo a amar por encima de sus posibilidades. ¿Podré amar tanto como me aman a mi? Y, ¿odiar? ¿Se puede odiar por encima de tus posibilidades?
Quiero despertar, quiero largarme de este sueño y ganar el juego a mi pesadilla, en la que solamente estoy yo, mi odio, y mi dulce y placentera soledad. 
El mundo es mejor sin personas.