martes, 30 de abril de 2013

Meeko.

Sol entristecido, rayos escondidos. Valor perdido, recuerdo en el olvido.
Temor desprendido, cuerpo destruido.
Ángeles disfrazados, demonios enamorados.

Lágrimas saladas, muerte de hadas.
Pluma pesada, ignorante mirada. Sonrisa apagada, sombra alarmada.
Muerte cercana, eternidad lejana.

PD: esta entrada es algo rara, tal vez íntima, por lo que si no queréis comeros la cabeza, pasad de ella.
Aunque, según he descubierto, cada frase posee diferentes significados depende de la persona que lo lea. Y, bueno, si queréis me podéis poner vuestros pensamientos en los comentarios. ¡Muchísimas gracias!

martes, 23 de abril de 2013

Don't worry, be happy.

Holgada se encontraba la chaqueta aqua marina bajo el brazo de la joven de ojos fatigados, que en silencio se sentó en un banco solitario, hogar nefasto para los vagabundos soñolientos del parque, donde reinaba el otoño.
Los rayos cesaban lentamente mientras la mujer estudiaba, consumida en los pensamientos de cualquier persona joven, el vapor de chocolate cuya temperatura se impregnaba de forma agradable en las gélidas manos. Pero en esa cabeza, en esos pensamientos, se alzaba una melancolía lagrimosa que no tardó en mostrar los ojos.
-¿Problemas?
La sombra del abrigo de la anciana desprendió un aroma a azahar de primavera de París mientras se sentaba. Poseía una sonrisa blanca como el plumaje del cisne, y sus ojos murmuraban una alegre nostalgia.
-Los de cualquier persona-murmuró la joven aceptando la compañía de la anciana.-Nada del otro mundo.
-Suelta el vaso, querida.-Ordenó con voz dulce la anciana obligando a arrugar el entrecejo a la joven.
-¿Disculpe?-preguntó ella.
La risa en susurros de la anciana resonó en la mente de la joven, que seguía aferrada a las ascuas del chocolate.
Tras aquel momento humorístico de la anciana, comenzó a hablar:
-Hace mucho tiempo, que digo mucho, muchísimo tiempo-su voz era alegre y elegante,- tenía muchos problemas, «los de cualquier otra persona, y nada del otro mundo»-enarcó una ceja echando una mirada a la joven, la cual sonrió.-O eso creía. Querida, la gente suele ver problemas dónde no los hay.-La anciana dio un suspiro mirando al cielo, y observó su propia respiración condensada.-No digo que no existan, hay veces que si los tenemos, pero las personas no saben como tratarlos, no saben que hay que soltar el vaso, y estos acaban convirtiéndose en su rutina.
-No entiendo.
-Es fácil;-la anciana extendió el brazo de ella, y hizo que sujetase el vaso.-Mantén el brazo firme, y no dejes que se caiga durante unos segundos, ¿es pesado?
-No.
-Exacto, el vaso al principio no es pesado y se mantiene con facilidad, pero, cuanto más intentes aguantarlo, más te cansarás. Tal vez esté así un día, o dos-la anciana miró a los ojos de la joven,- pero al siguiente caerá rendido. Los problemas se hacen más grandes si le das importancia, no hagas que formen parte de tu rutina.
-Y, ¿cómo se consigue eso?-preguntó la joven a la anciana, que volvió a sonreir.
-Solo hay que soltar el vaso.-Respondió.

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