sábado, 9 de agosto de 2014

¡Muerte a la vida!

Me está mirando con temor en los ojos,
y valentía en la oscuridad.
Sus demonios sonríen cuando me muestran la cabeza del ángel de su hombro derecho,
que tenía los ojos azules,
y el único sentimiento de ella entre sus dedos.
Me está mirando
y no es hermosa,
y no sonríe,
y no llora,
y no ama.
Tan solo me mira
haciéndome comprender que la vida está aullando a la muerte,
porque ella solo cortaba cabezas para salvar unos ojos azules,
que se volvieron negros,
y los cerró para siempre.
Como ella su corazón,
también negro
y también para siempre.

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