lunes, 3 de noviembre de 2014

Chica lluvia.

Me senté en las escaleras de una farmacia cualquiera, y cerrada. Era una noche encharcada y no podía ver estrellas, así que quise creer que aquel lugar se parecía a mi.
Tenía las llaves de mi casa clavadas contra los dedos, mis brazos agarrados a las rodillas, y hacía mucho frío.
Pensé en ti y no sonreí.
Un preocupante "ojalá aparecieras en este momento" inundó mi mente, como si quisiese que me salvases ahora. Pero no, ya es demasiado tarde; tengo el alma apagada o fuera de cobertura, y no contestaré ni oiré ningún mensaje en el buzón de voz.
Aunque presioné la idea de no pensar en ti en mi cabeza, me imaginé qué ocurriría si de verdad estuvieses aquí conmigo.
Creo que no rompería a llorar, no. Una no llora dos veces con la misma piedra, o flor, o bache, o lo que mierda fuiste.
Pero aullaría, como una loba a la luna, todos los escritos que he callado siempre, aunque ésto conlleve a que vuelvas ser el folio de todas mis lágrimas apalabradas.
Pero ésta vez llorarás tú también.
Me quité el esmalte negro de las uñas mientras pensaba que quizás eras mi persona favorita del mundo.
Ya sabes, siempre fuiste lo más parecido al vértigo que pude sentir. Me hacías creer que ni siquiera me resbalaría, pero me caí aunque el suelo nunca estuvo mojado. Jamás tuve las alas bien puestas e hicieron falta un par de dientes partidos y un corazón roto para darme cuenta.
Perdí el juicio por ti declarándome muerta de amor, aunque resultó ser que era simplemente gilipollas.
Habría dado mi vida por seguir luchando por respirar fuera del agua, pero yo ya no soy un pez.
Y jamás lo volveré a ser.

Alcé la cabeza para mirar el cielo y me quedé un rato esperando a que pasase una nube para ver alguna estrella. Con la esperanza de que yo mejorase en aquella noche, y dejará de resonar Asleep en mi cabeza, porque al final le iba a hacer caso a esa maldita canción.
No encontré ninguna estrella, empezó a llover y me fui corriendo a mi casa.
Se me había olvidado que tenía el corazón tendido, y ahora recuerdo lo difícil que era secarlo.

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